sábado, 11 de mayo de 2013

La evaluación en mi Ambiente de Aprendizaje



Con relación al proceso de evaluación,  me siento en total acuerdo, pues el enfoque que tiene el programa de especialización es un enfoque de evaluación por competencias. Esto hace que la evaluación sea vista tanto por docentes como por estudiantes como un proceso constante que acompaña el proceso de aprendizaje y no como ciertos espacios de exámenes o trabajos en los cuales se debe dar cuenta de lo que se aprendió.

Este enfoque de evaluación me gusta por varias razones:

En primer lugar con este tipo de evaluación lo que se busca es identificar el  nivel de logro de las competencias que se planearon como objetivos de la formación. Tal identificación se realiza en diferentes momentos del proceso con el fin de que el estudiante tome conciencia de cómo va en su proceso, qué ha logrado, en qué hay fallado y qué necesita fortalecer.


La identificación de aspectos por mejorar el clave como una ayuda para el proceso de aprendizaje de los estudiantes, como no se trata de una evaluación sumativa, los estudiantes seguirán trabajando en el desarrollo de sus competencias y demostrar en las siguientes mediciones cuánto o cómo han avanzado.  Es en este punto cuando veo reflejado lo que exponen Chadwick y Rivera, sobre cómo el fin de la evaluación es “ayudar al alumno a aprender” (Chadwick & Rivera, 1991, pág. 35), pues se ve no como una evaluación para medir y “corchar” si no para medir y dar la oportunidad de reconocer qué se debe mejorar y hacerlo.


En segundo lugar me gusta este tipo de evaluación, pues está integrada a todo el proceso de enseñanza y aprendizaje. En este curso no se evalúa cada actividad como algo terminado y separado,  sino que se evalúan las competencias, en ese orden de ideas una misma competencia se valora desde diferentes actividades y viceversa en una sola actividad se pueden desarrollar múltiples competencias.  Con esta característica se logra que los estudiantes no estén pendientes de sus notas si no de su proceso y avance en su aprendizaje.

Considero que en realidad se está logrando una evaluación formativa, y especialmente valioso, se está logrando que los estudiantes  (que en un principio se sientes desconcertados e incómodos con este tipo de evaluación al que no están acostumbrados)  asuman y acepten  este tipo de evaluación como elemento que aporta y enriquece su aprendizaje.

Bibliografía


Chadwick, C., & Rivera, N. (1991). Evaluación formativa para el docente. Buenos Aires: Paidos.

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